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Desde San Lázaro. Del lado equivocado de la historia. Por: Alejo Sánchez Cano Destacado

26 Sep 2024
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Desde San Lázaro. Del lado equivocado de la historia. Por: Alejo Sánchez Cano Imagen tomada de: https://x.com/lopezobrador_

No se invita a la toma de protesta de la presidenta,  al rey de España, Felipe VI,  pero si a Vladimir Putin,  Nicolás Maduro y Miguel Díaz Canel.  Esta es la visión del nuevo gobierno en materia de relaciones internacionales que prefiere estrechar los lazos con gobiernos autoritarios y antidemocráticos, en lugar de acercarse más con nuestros principales socios comerciales como Estados Unidos, Canadá y España.

Reza el dicho que árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza, y eso es precisamente con lo que ocurre a unos días de que asuma la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum, quien con tal de no contrariar a su mentor, avienta a México al desdén y a aguantar las represalias comerciales y retiro de inversiones de nuestros “amigos del mundo”. Prefirió seguir la línea de mando del tabasqueño, que iniciar su administración con un guiño de amistad y de restablecimiento de las relaciones plenas con el gobierno y monarquía de la Madre Patria.

Va un dato en materia de inversiones extranjeras en México, desde 1999 a junio de 2024, México ha recibido un total de 80 mil 566 millones de dólares en IED proveniente de España;  mientras que con Estados Unidos y Canadá se mantiene el T-Mec,  el más productivo del orbe y que por cierto,  cualquier país desearía participar en él.

AMLO decidió pausar la relación con los tres países, al tiempo de consolidar la relación política, social  y diplomática con los gobiernos afines al Foro de Sao Paulo, cuyo objetivo, lo vemos, por ejemplo, En Cuba y Venezuela, es fomentar la pobreza y la marginación para tener controlados a la población con las migajas que les da la dictadura.

Es comprensible la posición que tiene que asumir la mandataria mexicana al alinearse con López Obrador, empero, tal postura es un hara kiri a su propio proyecto que busca dar resultados inmediatos para consolidar el bono democrático y de confianza que le brindó 35 millones de ciudadanos.

Uno de los retos mayúsculos que tendrá el nuevo gobierno a partir del 1 de octubre es precisamente, contar con los recursos presupuestarios para fondear los programas sociales que le heredó AMLO, cuya progresividad requiere no solo mantener el presupuesto actual, sino se requiere aumentos anuales de un 10 a un 15% y ello solo se podrá concretar con los ingresos tributarios que capta el Estado, porque ni modo que contrate más deuda que su antecesor.

Decíamos hace unos días que la presidenta Sheinbaum requiere, por lo menos de cinco condiciones básicas para tener resultados positivos en su gestión y uno de ellos es precisamente tener el presupuesto suficiente para cumplir con todas las promesas de campaña, amén de sacar a México del atolladero que nos metió AMLO.

Sin nuevas inversiones extranjeras y nacionales y sin un estado de derecho robusto, basado en el pleno respeto a los derechos humanos, la división de poderes y un régimen democrático, pues no habrá poder humano en el planeta para que los grandes capitales escojan a nuestro país para invertir su dinero.

La reforma judicial, la militarización, el desmantelamiento de los contrapesos al Poder Ejecutivo y ahora la expropiación de la minera estadounidense, Calica, de Vulcan Materials, son ominosas señales que no solo alejan a esas inversiones, sino que aumenta el riego para la degradación de las calificadoras internacionales.

No se puede cometer el error irreparable de mantenernos en el lado equivocado de la historia, al alinearse con gobiernos represores y antidemocráticos como es el caso de Rusia, Cuba o Venezuela, por citar algunos de los “nuevos amigos” que desde seis años tiene el gobierno mexicano.

A partir del próximo martes, cuando Claudia Sheinbaum sea la presidenta de la República, se cumplirá su sueño más ambicioso, pero también con ello, habrá asumido  la enorme responsabilidad de revertir la pobreza extrema y la marginación en la que está más de la mitad de los mexicanos y para ello requiere del concurso de todos los sectores productivos del país y del orbe.

Tanto Juan Ramón de la Fuente como el mismo Marcelo Ebrard, como otras colaboradoras muy cercanas a la mandataria, están construyendo puentes con el sector privado y con otros grandes jugadores de las ligas mayores del capital, empero esos esfuerzos se diluyen con decisiones como el de pausar las relaciones diplomáticas con España, Estados Unidos y Canadá, además con varios países europeos, asiáticos y del medio ambiente. 

El desdén de innumerables gobiernos del planeta, a la toma de protesta, es tan solo una señal de la deslucida presencia internacional de México.

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