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Desde San Lázaro. Se reducen los "Pluris". Por Alejo Sánchez Cano

09 Feb 2017
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La idea de reducir de 500 a 400 el número de diputados federales, eliminando 100 de representación proporcional y eliminar a los 32 senadores electos bajo la misma figura, para quedar solo en 96, no es nueva, pero ante los programas de austeridad y optimización del gasto público a partir del llamado “gasolinazo” el tema ya está en el debate público y forma parte de la agenda legislativa, aunque por cuestiones de índole política la iniciativa podría quedar únicamente en eso, una propuesta.

Es cierto, el debate en el legislativo federal apenas empieza y aunque sus promotores vaticinan que las iniciativas serán dictaminadas y votadas en el pleno antes de que concluya el actual periodo ordinario de sesiones, las bancadas parlamentarias del PVEM, NA, MC y PES adelantan que no van a dejar pasar la propuesta del PRI y el PAN por considerar que “es una jalada”, “una ocurrencia”, “es demagogia”, entre otros calificativos que han dado a las iniciativas que hablan de reducir al Congreso, incluso varios de ellos amenazan con romper su alianza política con el Revolucionario Institucional.

Entre otros objetivos, las propuestas que al respecto se han presentado para su estudio, análisis y posible aprobación, tanto en el Senado de la República como en la Cámara de Diputados, buscan básicamente generar un ahorro para el erario público; favorecer el sistema de partidos; y fomentar en mayor grado la participación, representatividad y profesionalización de la actividad legislativa.

Queda claro que el tema no es nuevo, pero en el marco del llamado “gasolinazo” y el descrédito de la clase política el asunto ha ido alcanzando consensos favorables en el legislativo y es bien visto entre la ciudadanía. Y no es nuevo porque las iniciativas en ese sentido formaron parte de las propuestas del entonces candidato del PRI/PVEM a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, y se firmó ante notario público el primer día de su campaña política.

Digamos que el tema se retomó, porque ya desde antes de esa fecha algunos académicos y estudiosos de nuestro sistema electoral adelantaban que un pendiente en el trabajo parlamentario era precisamente la discusión y aprobación de una reducción del número de diputados de representación proporcional de 200 a 100 y sumarlos a los 300 de mayoría relativa, lo que en total daría como resultado la composición de una Cámara Baja de 400 legisladores. Tal como hoy se propone, solo que a este ejercicio de reducción ahora también involucran a la Cámara Alta.

Al respecto, Jorge Carlos Ramírez Marín, vicecoordinador del priismo en San Lázaro y uno de los impulsores de esa idea en la Cámara Baja, señaló que la figura de los llamados diputados “pluris” ha dejado de ser funcional, ya que sus integrantes la conforman a partir de unas listas que proponen los partidos políticos y no siempre se eligen a los mejores. “Muy pocas veces le atinan” los dirigentes partidistas, y en más de una ocasión “vemos en las listas a sus familiares y amigos”, añadió.

Pero en este debate no todos están a favor, también hay quienes están en contra, uno de ellos es el diputado del Movimiento Ciudadano, Manuel Espino Barrientos, quien ocupa un escaño por la vía plurinominal. Nos dijo que la propuesta del PRI es “verborrea, son circunloquios de temporada” y nos comentó que con ella pretenden recuperar algo del prestigio perdido, “pero aquí no pasa nada”.

Agregó que él presentó una iniciativa para disminuir de 200 a 100 diputados los electos bajo el principio de representación proporcional y otorgar 100 diputados por el sistema de primera minoría para las circunscripciones plurinominales, “para los mejores perdedores de candidatos de mayoría”, la cual expuso está congelada.

Unos a favor, otros en contra, lo cierto es que el resultado del debate en torno a este asunto es todo una incertidumbre, pues aunque hay opiniones mayoritarias en el sentido de reducir la carga burocrática, también es cierto que quienes hoy se oponen son los potenciales aliados políticos de quienes promueven dichas iniciativas, ello en el contexto de la sucesión presidencial que se avecina y en ese escenario todo puede pasar.
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El apunte del director

  • JUNIO 2025

    Los resultados de la jornada electoral judicial puso en su verdadera dimensión el poder de convocatoria del oficialismo ante los electores que fueron, en el mejor de los casos, indiferentes a la reiterada  convocatoria de la presidenta Sheinbaum y de las voces del morenismo y no solo eso, se observó que con todo el aparato gubernamental de los tres niveles de gobierno,  no fue suficiente para lograr una votación aceptable en el rango del 20% del padrón electoral, al contrario, tan solo fue  la base del voto duro de la 4T que oscila alrededor de los 10 millones, los que acudieron, muchos de ellos acarreados, a las urnas. Ni siquiera todos los beneficiarios de los programas sociales atendieron el llamado.

    En una elección de Estado, en donde no se escatiman los recursos del poder y del billete, no pudieron mostrar ese músculo que tanto presume en las mañaneras la Jefa del Ejecutivo Federal, quien lleva varios días justificando lo indefendible y matizando la derrota en las urnas.

    Con el voto de unos cuantos, el resultado hubiera sido el mismo, es decir, una lista de juzgadores que fueron previamente aprobados desde Palacio Nacional, sobre todo en la composición de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación, del Tribunal de Disciplina Judicial y del Tribunal Electoral, en lo demás, se mantuvo cierto control sobre los circuitos en donde se toman las decisiones de peso en diversas materias, que van desde lo penal, administrativo, hasta campos especializados como las telecomunicaciones.

    El fracaso de la elección judicial solo sorprendió al oficialismo, porque para los demás estaba cantado que el abstencionismo sería en niveles inéditos del 90%, además de que, se comprobó una vez más que, la ciudadanía no es tonta y no porque se repita una media verdad un millón de veces deje de ser mentira, o más aún, de que se crea el cuento chino del México mágico y maravilloso que se pinta en la versión de la presidenta.

    87 millones de ciudadanos no sufragaron y 22 de los 35 millones que votaron por Sheinbaum en 2024, tampoco acudieron a la cita con las urnas.

    La noche de los cuchillos largos, esa en la que se llaman a cuentas a los culpables del desastre ha empezado llamar al paredón a esos gobernadores de Morena que no cumplieron con sus cuotas de votantes como fue el caso de los gobernadores, de Sonora, Baja California, Colima, Estado de México, Veracruz y Puebla, por citar algunos mandatarios. Así que Alfonso Durazo, Marina del Pilar Ávila, Indira Vizcaíno, entre otros, se distrajeron con la cancelación de sus visas norteamericanas, en lugar de avocarse a cumplir la indicación presidencial de llevar acarreados a las urnas, sin importar el costo.

    La victoria tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana y ese es precisamente el caso dentro del oficialismo ya que la doctora emprende, primero una operación de ajuste de cuentas y luego una operación cicatriz entre sus incondicionales para cerrar filas en torno a su proyecto político.

    Otro de los culpables de la debacle es Andrés Manuel López Beltrán, el famoso Andy, quien se hizo responsable de Durango y Veracruz, con los resultados ya conocidos.

    Sorprende para muchos que el candidato a ministro de la corte, el indigenista, Hugo Aguilar Ortiz, haya rebasado por la izquierda a Yasmín Esquivel y a Lenia Batres, en virtud de que cualquiera de las dos ya se sentían presidentas del máximo tribunal, sin embargo, alguien operó para desplazarlas, lo que significa que será hasta la última parte del sexenio cuando alguna de las dos puedan comandar a la Suprema Corte, aunque si bien es cierto que a  Lenia le correspondería ser la siguiente ministra presidenta, por la votación alcanzada, lo cierto es que. alguien dentro del oficialismo y que despacha como director general del ISSSTE le jugo las contras a la presidenta para imponer a su carnala.

    Morena cede terreno en Veracruz, pierde en Durango y ello, en la antesala de las elecciones intermedias de 2027, en donde habrá elecciones en 16 entidades para elegir  gobernador, al tiempo de que se renueva la Cámara de Diputados federal y que, como están las cosas;  nadie en su sano juicio se atrevería a pronosticar la victoria del partido oficial, sobre todo porque, sus aliados políticos, PVEM y PT han comenzado el parto de los montes para dejar de mamar de la ubre oficial, para caminar con independencia.

    Así que si alguien pasa por Palacio Nacional y observa que las luces están prendidas en el ala sur, no es porque alguien tiene insomnio, sino porque continúan lamiéndose las heridas de la golpiza propiciada este 1 de junio.