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Desde San Lázaro. Papel de patiño de la LXIV Legislatura. Por: Alejo Sánchez Cano Destacado

02 Ago 2018
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A tambor batiente se trabaja en San Lázaro para recibir a los nuevos 500 diputados que integrarán la LXIV Legislatura, cuya particularidad es la presencia mayoritaria de la bancada de Morena y, por supuesto, que estará incorporada por más legisladoras en la historia del Congreso de la Unión, ya que por primera vez supera el 45 por ciento de curules, 243 en la Cámara baja y 63 en la alta.

La lista preliminar de diputados de la alianza Morena-PES está conformada por 309; le sigue la coalición PAN-PRD-MC, con 129, y PRI-PVEM, con 62.

En el Senado: Morena, 55; PAN, 23; PRI, 13; PES y PRD, ocho por bancada; MC y PVEM, siete cada uno; PT, seis, y Nueva Alianza, uno.

La apabullante tiene más probabilidades de tener más cámaras que otras, más aprobaciones del control de las principales comisiones de trabajo.

Ante este escenario, se vislumbra que se opone a un rol protagónico en el trabajo legislativo y deliberativo, López Obrador puede concretar todas las reformas que lo deseen, que se puede ir desde la abrogación del entramado jurídico que le dio nacimiento a las reformas educativas y energéticas , hasta abrir la reelección presidencial.

En la Cámara de Diputados hay una situación  sui generis  en estos momentos, que los diputados aún tienen sus propias funciones y sus reservas y sus archivos están en buen estado. Diputados que comienzan a trabajar desde el 1 de septiembre registran las instalaciones del Palacio de San Lázaro, con el interés de las mejores oficinas y otros, sorprendidos, se percanan de los daños ocasionados por los sismos del 19 de septiembre.

Ciertamente, en todas las bancadas hay personajes de toda la vida: unos que van a hacer un bulto y otros juegan un papel fundamental en la historia legislativa del país.

Llama la atención que la fracción del PRI mar la quinta en cuanto a presencia, además de que sus miembros más notables son obtusamente grises. Allí está el nefasto Enrique Ochoa Reza, quien fue uno de los causantes de la derrota de ese partido, y la tristemente célebre Ximena Puente.

Para dirigirlos se perfila René Juárez, que mostramos por Rubén Moreira, Ana Lilia Herrera, Ismael Hernández y, por supuesto, los mexiquenses de no tan grato recuerdo, Luis Miranda, Ernesto Nemer y Ricardo Castillo.

En la Cámara de Senadores somos Miguel Ángel Osorio Chong el coordinador, apoyado por el experto en leyes legislativas, Jorge Carlos Ramírez Marín.

En cualquiera de los casos, todo apunta que los tricolores serán borrados del mapa, en todos los aspectos, por sus pares, tanto por su abrumadora mayoría, como por el bajo perfil que tienen, claro, con honrosas excepciones.

El contrapeso que pudiera existir a la omnipresencia del próximo presidente de la República en el Poder Legislativo, no existirá, al contrario, será comparsa de todas las ocurrencias.

Ese papel de patiño que jugará la LXIV legislatura tendrá efectos desastrosos en la vida institucional del país, en su consolidación democrática y, sobre todo, en impedir que se mantenga el desarrollo sustentable del país.

Ojalá este pronóstico sea equivocado. Sin embargo, la realidad se impone ante los buenos deseos.

Por lo pronto, atenta a las plenarias, particularmente la que lleva a cabo a Morena, y por supuesto a la designación de su líder de bancada, que está entre Horacio Duarte y Tatiana Clouthier, quien es el mejor perdido puntos por manifestar su rechazo al nombramiento de Manuel Bartlett como titular de la CFE.

En el Senado, Ricardo Monreal dejó en el camino a Martí Batres, quien por cierto cada vez se alejó más del círculo cercano de AMLO.

 

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El apunte del director

  • MAYO 2025

    A días de la elección de jueces, magistrados y ministros, el engrudo no solo se le hizo bolas a la 4T, sino que ya se cuajó con el desastre que ha implicado todo el proceso de selección de los aspirantes que ha encontrado su epítome de la ineptitud con la filtración de ciertos personajes de mala reputación que, incluso, están vinculados con criminales, tal como lo denunció el presidente de la Mesa Directiva del Senado, el  morenista Gerardo Fernández Noroña, quien reconoció que hubo fallas en los filtros para elegir a los candidatos al Poder Judicial en donde  se incluyeron “perfiles ligados con el narco o con personajes que defendieron públicamente a Naasón Joaquín García, líder de la Luz del Mundo”.

    Lo denunciado por Noroña tan solo es la punta del iceberg que oculta a licenciados que son promovidos por grupos empresariales, religiosos, partidistas, sindicales y por supuesto del crimen organizado y que, por lo tanto, cuentan, con el respaldo económico y de movilización para ganar la elección en los Circuitos y juzgados en donde fueron promovidos

    Así que “el sistema judicial más democrático del mundo” estará conformado en su mayoría, por juzgadores que resolverán los casos que lleguen a sus manos por consigna y no por un estricto apego al orden Constitucional.

    En este contexto, se alista en los estados y municipios gobernados por el oficialismo a cumplir con sus cuotas de votantes para el día de la elección, es decir, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, Morena y sus aliados políticos, aceitan la maquinaria desde ahora para llevar el mayor número de acarreados el próximo 1 de junio a su cita con la elección más truculenta que haya organizado el INE.

    No obstante que está expresamente prohibido que los partidos políticos intervengan en el proceso de elección de los juzgadores, el gobierno está echando toda la carne al asador sin escatimar recursos públicos para “convencer” a los ciudadanos a acudir a votar.

    Sin ese acarreo del gobierno federal, la elección sería un total fracaso en cuanto a la abstención, sin embargo, con la puesta en marcha de la maquinaria electoral de la 4T se garantiza que acudan a votar entre un 15% y 20 por ciento del padrón electoral, lo que, para efectos del discurso oficial, sería un éxito, aunque sería una de las elecciones con mayor abstención, incluso por arriba de la revocación de mandato de AMLO.

    Como se sabe, los ciudadanos no contarán los votos emitidos en las casillas electorales, sino que, la boletas se concentrarán para que, sean los propios funcionarios del INE quienes realicen el cómputo para determinar a los candidatos ganadores a convertirse en ministros, magistrados y jueces, por supuesto, la mayor parte de ellos alineados a los designios del principal huésped de Palacio Nacional.

    Si consideramos que las arcas del gobierno federal, estatal y municipal están muy acotados en su manejo presupuestal por la escasez de presupuesto, con los gastos extraordinarios que representa la elección judicial, pues  muchas instancias de gobierno están imposibilitados a cumplir con las cuotas asignadas y por lo tanto, ante la negativa de conseguir los recursos necesarios que se requiere para el acarreo, seguramente no se alcanzarán las metas fijadas en cuanto al número de votantes que participen en la jornada electoral.

    El primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum presenta indicios de una recesión económica presidida, ya, de un estancamiento económico que inhibe la generación de empleos y por supuesto de desarrollo económico que incide en la captación tributaria, que es la principal fuente de ingresos que tiene el gobierno para solventar sus gastos.

    En este contexto se les ocurrió la genial idea de reformar el Poder Judicial que no solo acabó con la confianza de los inversionistas en México, sino que le metió más carga fiscal a las atribuladas finanzas públicas.

    Este es el escenario en el cual se va a llevar la farsa de la elección judicial que, en términos de gobernabilidad no aporta nada y en cambio, trastoca todo el sistema judicial a mover toda la estructura del Poder Judicial con la incrustación de jueces de pacotilla a modo del régimen que, en la mayoría de los casos, carecen de la experiencia necesaria para dictaminar con pleno apego a la Constitución.

    Y todavía falta, además de la jornada electoral, observar cómo opera en el día a día, con miles de casos judiciales, el nuevo Poder Judicial con una Suprema Corte de Justicia de la Nación con clara proclividad a la 4T y ciertos magistrados y jueces coludidos con criminales.

    En medio de la salvaje presión ejercida por Donald Trump sobre el gobierno de la presidenta, se mantiene el capricho de llevar a cabo la elección judicial que en el fondo permite consolidar un régimen autoritario alineado a otras dictaduras de la región como Cuba y Venezuela.