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Desde San Lázaro. Corrupción, pendiente legislativo. Por Alejo Sánchez Cano Destacado

28 Jun 2018
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El combate a la corrupción sigue siendo una deuda pendiente y una prioridad en todos los ámbitos de la administración pública. El tema es una de las principales exigencias de la sociedad y cualquier acción que permita cerrar la llave a la deshonestidad, a la impunidad y a la simulación en el manejo de los recursos gubernamentales siempre será bienvenida, por lo que entre más rápido se instrumenten y eficaces sean, los resultados en materia de transparencia y rendición de cuentas serán mejores.

Lo que nos llama la atención es que a unos meses de que concluyan los trabajos de la LXIII Legislatura e igualmente a meses de que el Poder Ejecutivo entregue cuentas por cierre de gestión, ahora si exista el empeño e interés por combatir la corrupción en las compras gubernamentales y hasta anden organizando foros, como el que en estos días se realizó con la idea de modificar las leyes de Adquisiciones y de Obras.

La diputada Claudia Sofía Corichi García (MC), presidenta de la Comisión Especial para dar seguimiento a los procesos y resultados de las compras del Gobierno federal, al participar en el foro referido resaltó que la normatividad en esta materia tiene lagunas que pueden ser riesgosas y permitir la deshonestidad, por tal motivo propuso reformas a las leyes mencionados con el propósito de prevenir y disuadir los actos de corrupción en los contratos celebrados entre particulares y los órganos de la administración pública.

Lo que señala la legisladora no es nuevo, los huecos en el andamiaje legal aludido es un grito a voces entre los proveedores, como es también una denuncia constante que los encargados de las finanzas cobran un porcentaje en la adjudicación de contratos sea para realizar obra o para adquirir un bien o servicio.

Entonces cuando ante la opinión pública nos exponen ese interés para detener por la vía legal actos que hablan de corrupción, muchos nos preguntamos por qué hasta ahora, por qué la tardanza para actuar, por qué el legislativo se tardó tres años en hacer una propuesta al respecto, por qué, ya que si de algo acusan al servicio público es precisamente por la oscuridad y de manera discrecional se celebran los contratos y de igual manera se manejan muchas partidas presupuestales.

Al respecto, a la propuesta de la legisladora Corichi, el subsecretario de Responsabilidades Administrativas y Contrataciones Públicas de la Secretaría de la Función Pública (SFP), José Gabriel Carreño Camacho, admitió que es necesario hacer ajustes al marco normativo, ya hasta declaró que la dependencia a la cual el pertenece no está en zona de confort, ya que realiza acciones para combatir la corrupción y perfeccionar las disposiciones en compras públicas. Pero reconoció que se requieren reformas legislativas en las materias señaladas para poder aterrizar todas las propuestas que son necesarias en este momento.

El funcionario de la SFP destacó que las iniciativas presentadas pretenden dar un marco general al tema de las compras públicas, pero están detenidas en este momento, aunque aclaró que “eso no nos puede impedir que tomemos acciones y decisiones en la materia”.

No hay duda, las reformas propuestas en el legislativo pueden ser parte de la solución a problemas como los moches,  sobreprecios, entres, comisiones, desvíos, omisiones, complicidades o vistas gordas, solo que en eta ocasión, aunque nunca es tarde para atacar la corrupción, en esta ocasión se estima que llegan demasiado tarde, el daño está hecho, y para que la administración pública se reencuentre con la credibilidad y la confianza ciudadana, para eso habrá que trabajar más. Con propuestas como la de Corichi, sí, pero queda a la siguiente legislatura ese reto y se tendrá que trabajar desde el primer día. Conste.

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El apunte del director

  • MAYO 2025

    A días de la elección de jueces, magistrados y ministros, el engrudo no solo se le hizo bolas a la 4T, sino que ya se cuajó con el desastre que ha implicado todo el proceso de selección de los aspirantes que ha encontrado su epítome de la ineptitud con la filtración de ciertos personajes de mala reputación que, incluso, están vinculados con criminales, tal como lo denunció el presidente de la Mesa Directiva del Senado, el  morenista Gerardo Fernández Noroña, quien reconoció que hubo fallas en los filtros para elegir a los candidatos al Poder Judicial en donde  se incluyeron “perfiles ligados con el narco o con personajes que defendieron públicamente a Naasón Joaquín García, líder de la Luz del Mundo”.

    Lo denunciado por Noroña tan solo es la punta del iceberg que oculta a licenciados que son promovidos por grupos empresariales, religiosos, partidistas, sindicales y por supuesto del crimen organizado y que, por lo tanto, cuentan, con el respaldo económico y de movilización para ganar la elección en los Circuitos y juzgados en donde fueron promovidos

    Así que “el sistema judicial más democrático del mundo” estará conformado en su mayoría, por juzgadores que resolverán los casos que lleguen a sus manos por consigna y no por un estricto apego al orden Constitucional.

    En este contexto, se alista en los estados y municipios gobernados por el oficialismo a cumplir con sus cuotas de votantes para el día de la elección, es decir, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, Morena y sus aliados políticos, aceitan la maquinaria desde ahora para llevar el mayor número de acarreados el próximo 1 de junio a su cita con la elección más truculenta que haya organizado el INE.

    No obstante que está expresamente prohibido que los partidos políticos intervengan en el proceso de elección de los juzgadores, el gobierno está echando toda la carne al asador sin escatimar recursos públicos para “convencer” a los ciudadanos a acudir a votar.

    Sin ese acarreo del gobierno federal, la elección sería un total fracaso en cuanto a la abstención, sin embargo, con la puesta en marcha de la maquinaria electoral de la 4T se garantiza que acudan a votar entre un 15% y 20 por ciento del padrón electoral, lo que, para efectos del discurso oficial, sería un éxito, aunque sería una de las elecciones con mayor abstención, incluso por arriba de la revocación de mandato de AMLO.

    Como se sabe, los ciudadanos no contarán los votos emitidos en las casillas electorales, sino que, la boletas se concentrarán para que, sean los propios funcionarios del INE quienes realicen el cómputo para determinar a los candidatos ganadores a convertirse en ministros, magistrados y jueces, por supuesto, la mayor parte de ellos alineados a los designios del principal huésped de Palacio Nacional.

    Si consideramos que las arcas del gobierno federal, estatal y municipal están muy acotados en su manejo presupuestal por la escasez de presupuesto, con los gastos extraordinarios que representa la elección judicial, pues  muchas instancias de gobierno están imposibilitados a cumplir con las cuotas asignadas y por lo tanto, ante la negativa de conseguir los recursos necesarios que se requiere para el acarreo, seguramente no se alcanzarán las metas fijadas en cuanto al número de votantes que participen en la jornada electoral.

    El primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum presenta indicios de una recesión económica presidida, ya, de un estancamiento económico que inhibe la generación de empleos y por supuesto de desarrollo económico que incide en la captación tributaria, que es la principal fuente de ingresos que tiene el gobierno para solventar sus gastos.

    En este contexto se les ocurrió la genial idea de reformar el Poder Judicial que no solo acabó con la confianza de los inversionistas en México, sino que le metió más carga fiscal a las atribuladas finanzas públicas.

    Este es el escenario en el cual se va a llevar la farsa de la elección judicial que, en términos de gobernabilidad no aporta nada y en cambio, trastoca todo el sistema judicial a mover toda la estructura del Poder Judicial con la incrustación de jueces de pacotilla a modo del régimen que, en la mayoría de los casos, carecen de la experiencia necesaria para dictaminar con pleno apego a la Constitución.

    Y todavía falta, además de la jornada electoral, observar cómo opera en el día a día, con miles de casos judiciales, el nuevo Poder Judicial con una Suprema Corte de Justicia de la Nación con clara proclividad a la 4T y ciertos magistrados y jueces coludidos con criminales.

    En medio de la salvaje presión ejercida por Donald Trump sobre el gobierno de la presidenta, se mantiene el capricho de llevar a cabo la elección judicial que en el fondo permite consolidar un régimen autoritario alineado a otras dictaduras de la región como Cuba y Venezuela.