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Desde San Lázaro. Señales y atisbos hacia 2018. Por Alejo Sánchez Cano Destacado

08 Feb 2017
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La nominación de Alfredo del Mazo Maza, como candidato del PRI al Estado de México, y la reincorporación de Luis Videgaray Caso (LVC) al gabinete presidencial, ahora como titular de la cancillería mexicana, pueden interpretarse como señales del primer mandatario del país, Enrique Peña Nieto, rumbo a la sucesión presidencial en 2018, en la cual se perciben características de afecto, cercanía, lealtad, probidad y capacidad, requisitos que, sin duda, cubren a cabalidad los personajes aludidos.

En el caso de Videgaray, en más de una ocasión, al primer priista de la Nación se le ha escuchado pronunciar palabras de afecto y cercanía a su subalterno, el cual se erigió en pilar fundamental en la acción de gobierno al grado tal que dentro y fuera de la residencia de Los Pinos se le identifica como “el número dos”  y no ha faltado quien lo defina como el “vicepresidente”, condiciones que por supuesto no se perdieron por la intempestiva renuncia que en su momento presentó el entonces secretario de Hacienda ante la crisis de  imagen y de opinión pública  provocada por la reunión sostenida entre el presidente Peña  Nieto y el entonces candidato republicano, Donald Trump, encuentro sugerido por él.

Más allá de un posible error cometido, la renuncia de Videgaray significó para el presidente una prueba de lealtad, la cual, sumada a los otros elementos referidos potenciaron sus cualidades, pero también significaron el fortalecimiento y regreso de otros integrantes del equipo peñista en el juego de la silla, aquellos que en tiempos de bajos rendimientos económicos del país, de crisis interna en el equipo y entrega de magros resultados de gobierno, políticamente hablando parecían ya muertos.

En cuanto a Alfredo del Mazo, diputado federal con licencia, se habla mucho del parentesco familiar que éste tiene con el Presidente, pero lo que sin duda influyó en su nominación como candidato a la gubernatura mexiquense, es la cercanía con el  primer mandatario. En los asuntos políticos y de gobierno encomendados la lealtad mostrada por el joven del Mazo ha pasado la prueba.

Como presidente municipal de Huixquilucan fue exitoso y mostró capacidad para gobernar. También ha sido Director del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (BANOBRAS) y Director General de Fomento a la Micro y Pequeña Empresa de la Secretaría de Desarrollo Económico y Secretario de Turismo del estado, estos dos últimos cargos cuando Enrique Peña Nieto fue gobernador del Estado de México. Además cumplió con creces las tareas asignadas como Presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, donde -en tiempo y forma- logró sacar adelante el paquete presupuestal y la Ley de Ingresos 2017.

Alfredo del Mazo ya es candidato del PRI para la gubernatura mexiquense, Luis Videgaray está de regreso en el gabinete presidencial. Afecto, cercanía, lealtad, probidad y capacidad son requisitos que formarán parte del test que en su momento ejercite EPN cuando ante la dirigencia de su partido tenga que proponer a su sucesor y con esas características la baraja de nombres apenas llega a cuatro, el propio Videgaray, José Antonio Meade, Aurelio Nuño y Eruviel Ávila.

Claro, quienes dentro del tricolor aspiran con la nominación de la candidatura presidencial podrán reclamar tener derecho a esa posibilidad por el desempeño mostrado en sus funciones políticas y administrativas, por la lealtad a la investidura presidencial y probidad en el ejercicio público, solo que no todos son cercanos y gozan de los afectos de quien manda, esa es la diferencia, y son, también, señales y atisbos para el 2018.
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El apunte del director

  • JUNIO 2025

    Los resultados de la jornada electoral judicial puso en su verdadera dimensión el poder de convocatoria del oficialismo ante los electores que fueron, en el mejor de los casos, indiferentes a la reiterada  convocatoria de la presidenta Sheinbaum y de las voces del morenismo y no solo eso, se observó que con todo el aparato gubernamental de los tres niveles de gobierno,  no fue suficiente para lograr una votación aceptable en el rango del 20% del padrón electoral, al contrario, tan solo fue  la base del voto duro de la 4T que oscila alrededor de los 10 millones, los que acudieron, muchos de ellos acarreados, a las urnas. Ni siquiera todos los beneficiarios de los programas sociales atendieron el llamado.

    En una elección de Estado, en donde no se escatiman los recursos del poder y del billete, no pudieron mostrar ese músculo que tanto presume en las mañaneras la Jefa del Ejecutivo Federal, quien lleva varios días justificando lo indefendible y matizando la derrota en las urnas.

    Con el voto de unos cuantos, el resultado hubiera sido el mismo, es decir, una lista de juzgadores que fueron previamente aprobados desde Palacio Nacional, sobre todo en la composición de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación, del Tribunal de Disciplina Judicial y del Tribunal Electoral, en lo demás, se mantuvo cierto control sobre los circuitos en donde se toman las decisiones de peso en diversas materias, que van desde lo penal, administrativo, hasta campos especializados como las telecomunicaciones.

    El fracaso de la elección judicial solo sorprendió al oficialismo, porque para los demás estaba cantado que el abstencionismo sería en niveles inéditos del 90%, además de que, se comprobó una vez más que, la ciudadanía no es tonta y no porque se repita una media verdad un millón de veces deje de ser mentira, o más aún, de que se crea el cuento chino del México mágico y maravilloso que se pinta en la versión de la presidenta.

    87 millones de ciudadanos no sufragaron y 22 de los 35 millones que votaron por Sheinbaum en 2024, tampoco acudieron a la cita con las urnas.

    La noche de los cuchillos largos, esa en la que se llaman a cuentas a los culpables del desastre ha empezado llamar al paredón a esos gobernadores de Morena que no cumplieron con sus cuotas de votantes como fue el caso de los gobernadores, de Sonora, Baja California, Colima, Estado de México, Veracruz y Puebla, por citar algunos mandatarios. Así que Alfonso Durazo, Marina del Pilar Ávila, Indira Vizcaíno, entre otros, se distrajeron con la cancelación de sus visas norteamericanas, en lugar de avocarse a cumplir la indicación presidencial de llevar acarreados a las urnas, sin importar el costo.

    La victoria tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana y ese es precisamente el caso dentro del oficialismo ya que la doctora emprende, primero una operación de ajuste de cuentas y luego una operación cicatriz entre sus incondicionales para cerrar filas en torno a su proyecto político.

    Otro de los culpables de la debacle es Andrés Manuel López Beltrán, el famoso Andy, quien se hizo responsable de Durango y Veracruz, con los resultados ya conocidos.

    Sorprende para muchos que el candidato a ministro de la corte, el indigenista, Hugo Aguilar Ortiz, haya rebasado por la izquierda a Yasmín Esquivel y a Lenia Batres, en virtud de que cualquiera de las dos ya se sentían presidentas del máximo tribunal, sin embargo, alguien operó para desplazarlas, lo que significa que será hasta la última parte del sexenio cuando alguna de las dos puedan comandar a la Suprema Corte, aunque si bien es cierto que a  Lenia le correspondería ser la siguiente ministra presidenta, por la votación alcanzada, lo cierto es que. alguien dentro del oficialismo y que despacha como director general del ISSSTE le jugo las contras a la presidenta para imponer a su carnala.

    Morena cede terreno en Veracruz, pierde en Durango y ello, en la antesala de las elecciones intermedias de 2027, en donde habrá elecciones en 16 entidades para elegir  gobernador, al tiempo de que se renueva la Cámara de Diputados federal y que, como están las cosas;  nadie en su sano juicio se atrevería a pronosticar la victoria del partido oficial, sobre todo porque, sus aliados políticos, PVEM y PT han comenzado el parto de los montes para dejar de mamar de la ubre oficial, para caminar con independencia.

    Así que si alguien pasa por Palacio Nacional y observa que las luces están prendidas en el ala sur, no es porque alguien tiene insomnio, sino porque continúan lamiéndose las heridas de la golpiza propiciada este 1 de junio.