Con un presidente electo que es ungido como el día de hoy, y con un activismo que le quitó cuatro meses de su gestión a Peña Nieto, iniciando ayer en Ciudad Juárez y con la idea de construir políticas públicas que hacen frente a la realidad que es materia de inseguridad vive el país, los "Foros de consulta para trazar una ruta de pacificación nacional".
La misma idea que usar en su momento Felipe Calderón y luego Enrique Peña, para incorporar la sociedad en la solución de la inseguridad pública. Leemos: "Recopilar propuestas con posibilidad de transformación en políticas públicas, regionales o nacionales para darle una oportunidad a la paz". ¿En dónde he oído eso antes?
Y de qué se trata esos Foros, pues es una especie de catarsis social de las víctimas que con la esperanza en el corazón y sus antecesores dolorosos antes del próximo presidente de la República, aunque después haya servido de poca cosa para erradicar ese cáncer que lacera tanto a la sociedad.
En las consultas participa Loretta Ortiz, coordinadora del proceso de pacificación del próximo gobierno de México, quien lamentablemente anunció la realización de los foros recomendados por la participación del jerarca de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, quien por supuesto no participó en estos eventos pero la noticia sirvió para las cosas, que la opinión pública tenía conocimiento de la realización de estas reuniones públicas y que era la actividad.
Durante la realización de estos eventos se espera la participación de las víctimas por la inseguridad, además de jóvenes, actores sociales, mujeres, campesinos, empresarios, académicos, autoridades en los tres niveles de gobierno y diversas organizaciones de derechos humanos.
Según calendario dado a conocer, además del que se realizó en Ciudad Juárez, los trabajos continuarán el 9 de agosto en Morelia, Michoacán; 14 de agosto, en Torreón, Gómez Palacio y La Laguna, en los estados de Coahuila y Durango, mientras que el 21 de agosto se realizó en Cuernavaca, Morelos. Les seguirán el 28 de agosto en Acapulco, Guerrero ,; el 11 de septiembre, en Tijuana, Baja California; 14 de septiembre, Nezahualcóyotl, Estado de México; 18 de septiembre, Monterrey, Nuevo León; 20 de septiembre, Saltillo, Coahuila; 25 de septiembre, Puebla, Puebla; 27 de septiembre, Tlaxcala, Tlaxcala; 1 de octubre, Guadalajara, Jalisco.
El 4 de octubre será en León, Guanajuato; el 9 de octubre en Xalapa, Veracruz; el 11 de octubre en Oaxaca, Oaxaca; el 16 de octubre en Villahermosa, Tabasco, y se ha propuesto que llegue el 24 de octubre, en la Ciudad de México, en un evento con organizaciones de la sociedad civil.
Bien, por AMLO que personalmente se ocupe del tema y mejor, por abrir un espacio a las víctimas y deudos. Mal, porque lo que sobrán son los diagnósticos y las propuestas para el combate a la inseguridad. Parecería más una acción de pelo que las acciones concretas para abatir la criminalidad.
No es posible que el próximo gobierno tenga un programa para restablecer la paz en la base de las tareas adquiridas por el Estado y no con el dolor de la gente.
Los diagnósticos y encuentros con la sociedad civil son archivos de la SEGOB, programas de acción similares. Seguramente al final de estos foros, nos saldrán con la novedad que es mejor la amistad a los criminales, que el combate frontal.
Se trata del estilo del presidente electo, pasar primero por el derecho de la opinión del pueblo, para después, justificar el fracaso.