Por Jorg Palacios
Quienes hasta ahora se han manifestado a favor de que los elementos de las Fuerzas Armadas de México sean retiradas de las labores de seguridad interior o seguridad pública son los mismos que con el pretexto del malestar ciudadano por el alza de los precios de las gasolinas han dado rienda suelta a sus sueños por desestabilizar el país a través de la violencia.
A fin de año y durante la primer semana de enero, a raíz supuesta escasez de gasolina en las principales ciudades, primero, y luego por la inconformidad ante el aumento del combustible, los partidos políticos opositores al actual gobierno, principalmente lo de la llamada izquierda mexicana, han estado muy activos con llamados a sus seguidores a que se manifiesten contra la decisión gubernamental y con un manejo tendenciosos de la información han provocado situaciones de franca sicosis colectiva.
Es verdad, hay inconformidad social por la difícil decisión que factores de la economía externa llevaron a la administración del Presidente Enrique Peña Nieto a retirar millones de pesos del presupuesto público con los que antes se subsidiaban, con costos ficticios, el verdadero precio del combustible, lo cual no deja de ser doloroso para la economía familiar de los mexicanos, pero por muy legítima que sea la protesta, lo que no se vale es querer vender espejismos y soluciones fáciles a la ciudadanía con intenciones políticas.
Y menos son válidas cuando muchos de los que hoy protestan sabían que ese era el escenario para 2017, ya que a través de sus legisladores aprobaron el paquete fiscal y el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2017, y las proyecciones eran en el sentido de liberalizar los precios del diésel y la gasolina, lo que de alguna manera redundaría en la fortaleza y continuidad de programas gubernamentales de apoyo al campo y sectores altamente vulnerables por su condición de pobreza.
Incluso los legisladores que votaron en contra del paquete fiscal y del PEF también los sabían, sólo que por cuestiones electorales se agazaparon como viles delincuentes para después entrar en acción y por eso esperaron hasta el anuncio oficial de la decisión tomada. Las movilizaciones, está más que visto, tienen el fin de provocar disturbios y luego echarle la culpa al presidente por posible enfrentamientos con los elementos encargados de la seguridad pública y también confundir más a la ciudadanía en tiempos electorales o en el mejor de los casos sacar ventaja política de ellos, y para pruebas basta con echar una mirada a las declaraciones de quienes encabezan las protestas.
El líder nacional del partido Morena, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), durante su primera gira de 2017 por municipios del Estado de México, mencionó que no basta quejarse por los aumentos de las gasolinas que será necesario organizarse para en junio dar el primer golpe al gobierno priista del Edomex y no perdió la oportunidad para presentar a quien desde hace meses hace campaña como precandidata de esa organización política en la entidad. Ya apareció el peine, dijeran en mi pueblo cuando se descubre la verdad, la finalidad de las movilizaciones tiene como destino los procesos electorales de 2017 y alargarlas hasta 2018.
Visto así las cosas, es entendible la petición de muchos legisladores de la izquierda en el sentido de retirar al Ejército de las calles o mejor dicho de las tareas de seguridad pública, y es entendible esa posición porque quieren seguir teniendo las calles libres y seguras para sus desmanes, para impulsar actos de rapiña, para saquear tiendas departamentales y medianos comercios, lo importante es generar miedo entre la población y ante cualquier acción de autoridad, que comúnmente derivan en enfrentamientos, culpar al gobierno. El discurso y las acciones de esos liderazgos lo dicen todo, lo que interesa son los votos y por eso echan más gasolina al fuego.
Quieren que el Ejército se retire a los cuarteles militares, y así lo piden porque saben que la milicia no se anda con rodeos en su labor de restablecer el orden y la paz social en los lugares donde son llamados, por eso la oposición quiere el campo libre para sus tropelías y con los del uniforme de color caqui enfrente ven un riesgo.
Por supuesto que en estas movilizaciones hay expresiones legítimas y sin tintes políticos, pero lamentablemente muchas de ellas son penetradas con intereses partidistas y con frecuencia son manipuladas con rumores e informaciones falsas para inmediatamente ser abanderadas por banderas de tipo electoral. Esa es la realidad y todo ello con el pretexto del gasolinazo, lo cual es muy lamentable, y hasta ahí porque como veo, doy.
VA MI RESTO: Durante el segundo día de gira por el Estado de México, AMLO consideró que los legisladores panistas, priistas y perredistas “pueden rectificar" y actuar de manera individual a fin de encontrar entre todos los diputados una salida a la actual situación de crisis social y económica que generó la liberalización en el precio de las gasolinas, con lo que deja entrever que él tenía conocimiento del tema por lo menos mes y medio antes de que concluyera 2016, pero al puro estilo de un mesías, prefirió ofrecer “la salvación de la patria” como mensaje de año nuevo.
Y mientras hace ese señalamiento, adelanta que la situación por el tema de las gasolinas "puede agravarse", pero lo que no dice es que detrás de esa situación existe una mano y es morena.