Oficialmente mañana comienza el que podría ser el capítulo decisivo en la vida o muerte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y según se han adelantado los países participante serán los capítulos relacionados con telecomunicaciones y prácticas regulatorias los que estarán en la mesa de negociaciones, en donde México insistirá en poner en la mesa el tema de anticorrupción.
A diferencia de las cuatro rondas anteriores, tal vez porque el tratado trilateral vive momentos difíciles en su negociación o de plano el ánimo e interés empezó a decaer entre los negociadores de los tres países participantes, en la quinta ronda, por primera vez desde que comenzó la renegociación, la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, y el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, no asistirán porque así lo acordaron con Ildefonso Guajardo, secretaría de Economía de México, en reuniones paralelas al Foro de Cooperación Asia Pacífico, que tuvieron la semana pasada en Vietnam.
Los ministros aludidos, según trascendió, se encontraron durante las Reuniones del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico e instruyeron a los jefes negociadores del TLCAN a enfocarse en avanzar en las propuestas presentadas durante la ronda cuatro.
Al respecto, Ricardo Urzúa, senador del PRI e integrante de la delegación de legisladores que participará en la quinta ronda de negociación, advirtió que al igual que las anteriores, esta ronda será muy intensa, pero México no aceptará “arreglos a medias” en esta negociación, por lo que tiene diseñado ya no sólo un plan “B”, sino también un plan “C”, para contrarrestar los efectos que se den por una terminación abrupta del TLCAN.
Agregó el legislador que México está preparado para entrar a otros mercados internacionales, en América, Centro y Sudamérica, en el caso de Panamá, en el caso de Brasil y Argentina, y que también hubo acercamientos con otros países de Europa y Asia.
Por lo pronto, en ese contexto de las negociaciones que darán paso a una quinta ronda a partir de mañana, Standard and Poor´s (S&P), la principal firma calificadora de inversiones del mundo, ha señalado que una eventual conclusión del TLCAN tendrá un efecto negativo en el crecimiento de la economía mexicana, que se dejará sentir incluso a partir de 2018, el año que se realizará la elección presidencial. Y precisó que “Para muchos participantes en los mercados financieros, la posibilidad de que el acuerdo "se rompa" han aumentado”.
La calificadora señala que el fin del acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá reducirá el crecimiento de la economía mexicana a una tasa promedio anual de 1.8 por ciento entre 2018 y 2020. Se trata de un ritmo menor al de 2.4 por ciento previsto si continúa el acuerdo, añadió. El principal impacto en la economía mexicana será a través de una disminución en los niveles de inversión, mientras que un peso más débil en su cotización frente al dólar “suavizaría el golpe”, a través de un aumento en las exportaciones, comentó. La desaceleración económica se dará incluso si en el comercio entre México y Estados Unidos se aplican las tarifas arancelarias de nación más favorecida previstas en la Organización Mundial de Comercio (OMC), dijo S&P, en un reporte publicado en la presente semana.
Es cierto, dice el canciller mexicano, Luis Videgaray, que es momento de ser profesionales y dejar a los expertos hacer su trabajo y hacer del diálogo un instrumento para resolver diferencias entre países, como ciertas son las palabras del secretario de Energía estadounidense, Rick Perry, quien confía en que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte será renegociado con éxito por su país y que espera que las conversaciones que actualmente mantienen los tres países, lleven a un "acuerdo bueno y justo", pero la realidad nos dice que en los mercados financieros y económicos hay nerviosismo por e este tema y en ese ambiente el país de México no es ajeno, porque al cierre del presente año la continuidad del TLCAN se sostiene prácticamente entre alfileres. Esa es la realidad.