- “No es una estrategia de negociación. Es un tema de dignidad, que no tiene que ver con la economía sino con el corazón y el orgullo”, señaló el canciller Luis Videgaray.
Bajo un diálogo en el que México está obligado a seguir ante las amenazas frontales hechas por el presidente estadounidense Donald Trump de deportar a los inmigrantes ilegales, de los que cerca de 6 millones son mexicanos, así como su reiterada posición de rechazo a continuar el TLCAN y al pago que nuestro país tendrá que hacer del muro fronterizo, el canciller mexicano, Luis Videgaray, fue claro al señalar, desde Washington, que es inaceptable que tengamos que pagar por dicha construcción. "No es una estrategia de negociación. Es un tema de dignidad, que no tiene que ver con la economía sino con el corazón y el orgullo".
Luego de la cancelación, la mañana del jueves, de la reunión que se tenía programada para el 31 de enero entre los mandatarios de ambos países en la capital estadounidense, en conferencia de prensa desde la embajada de México en los Estados Unidos, ayer por la noche el secretario de Relaciones Exteriores indicó, al dar cuenta de los encuentros que sostuvieron con miembros del gobierno norteamericano, que México pidió respeto y ofreció respeto en su relación con Estados Unidos y espera que las diferencias, que calificó de “profundas”, con el gobierno del presidente Donald Trump puedan ser superadas dado el potencial para fortalecerla.
El funcionario indicó que aunque el gobierno mexicano está abierto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dejó claro que no aceptará condiciones como pagar por un muro en la frontera con Estados Unidos.
“Hay cosas que no son negociables. El hecho de que México pague por un muro no es negociable. Los ciudadanos no le exigen a su vecino que pague por el muro de su casa”, precisó el canciller.
Acompañado por el secretario de Economía, Idelfonso Guajardo, y por el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Carlos Sada, Videgaray insistió que su presencia en Washington fue para poner en marcha un diálogo constructivo, respetuoso y basado en principios claros.
“Estas reuniones tuvieron como propósito iniciar una conversación; definir mecánicas, tiempo; empezar a delinear cual será la forma de trabajo; fueron conversaciones de carácter preliminar, no son todavía negociaciones”, precisó.
Dijo que en su reunión con el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Michael Flynt, quedó de manifiesto la voluntad recíproca de seguir trabajando “y de revisar cómo estamos trabajando para imprimirle mayor eficacia el trabajo conjunto en contra de las amenazas que compartimos”.
“Vemos que hay un gran interés de establecer contactos muy pronto con las agencias relevantes del gobierno mexicano y nuestra labor como cancillería es precisamente establecer los primeros contactos y asegurar que haya un diálogo fluido”, destacó.
El funcionario reiteró la valoración de su gobierno en el sentido de que, pese a todo, existe una oportunidad “muy importante” de profundizar la colaboración en materia de crimen organizado y prevención del terrorismo.
“Yo lo que percibo es que hay un ánimo alentador para llegar a buenos acuerdos, acuerdos que por supuesto sean buenos para las dos partes. Como dijo el presidente Enrique Peña Nieto, de lo que se trata es de llegar a acuerdos que sean ganar-ganar. De crear valor para la relación”, enfatizó.
Apuntó además que con un arancel a las importaciones de productos mexicanos, como el que sugirió el Gobierno de Donald Trump (del 20 %), lo que sucedería es que el muro fronterizo lo pagarán los consumidores estadounidenses. "Un impuesto a las importaciones de Estados Unidos a productos mexicanos no es manera de hacer que México pague por el muro, sino el consumidor norteamericano, que pagaría más caros los aguacates, las lavadoras, las televisiones", puntualizó el canciller. (Con información de Notimex)